miércoles, 28 de mayo de 2008

Mi amigo Don Pepino.

Hoy recordaré a uno de mis iniciadores en este arte de la cocina, Don Pepino (q.e.p.d.) un emigrante napolitano, todo un personaje, que junto con su mujer e hijos, montaron un pequeño restaurante italiano, su especialidad eran las pizzas y las lasañas, haciendo con el correr de los años una pequeña fortuna.
De el aprendí la cocina italiana, sus preparados y sus secretos, sus pizzas tenían la particularidad de añadirle leche a la masa, haciéndola más esponjosa, además de todas sus pizzas llevaban anchoas, que le da un toque especial. Así como la salsa boloñesa, base para elaborar su famosa lasaña, la mejor con diferencia, y que gracias a la amistad de mis padres, al igual que el cariño que siempre me mostró (me llamada "catire"), tuve el privilegio de recibir esa receta, heredada desde las mismas entrañas del sur de Italia. Sus clases eran teóricas, papel y lápiz, las practicas eran enseñadas por su mujer, mientras el desde la silla dirigía la cuestión, tomándose una fría cerveza y fumandose un cigarrillo.
Aunque al mudar el negocio, sus perspectivas empresariales no fueron positivas, monto un salón de eventos, una carnicería con su hijo, que por cierto tenía unas manos como dos guantes de béisbol, pero su éxito se fue esfumando, mi partida a España significo alejarse de esta amistad, hasta que me enteré de su muerte.
Para ti Don Pepino dedico estas letras, todavía sigues presente en el presente, tus recetas siguen vivas, y deleitan el paladar de mucha gente.

No hay comentarios: